¡A por mi primer reto!

 



Uno de los temas tratados a lo largo del módulo 1 han sido las estadísticas y cómo a través de ellas se obtiene la información necesaria para conocer el nivel de desigualdad de género en los distintos países. Por ello, las estadísticas son un pilar fundamental para el desarrollo y diseño de las políticas sociales, en el caso concreto de este curso, para intentar cerrar la brecha de género.

Para este primer reto tenemos que analizar una noticia sobre desigualdad de género relacionada con nuestro ámbito de trabajo, como mi ámbito es la estadística, voy a analizar la publicación ‘Mujeres y hombres en España’ centrándome en la última actualización que se ha hecho sobre los datos del mercado laboral en 2020 y que serán parte de la publicación de 2021 que aún se está elaborando. Hay que tener en cuenta que los datos son del año 2020, año en el que impactó de lleno el COVID-19 con una fuerte incidencia en el empleo, si bien, como en todas las crisis, esta incidencia fue mucho más alta entre las personas del sexo femenino que entre las del masculino.


Si analizamos el colectivo de las personas empleadas a través de la tasa de empleo (que son aquellas personas que están trabajando en proporción de las personas activas, es decir, aquellas que están en edad y en disposición de trabajar) vemos que en todos los tramos de edad la ocupación masculina supera a la femenina. El tamo en el que se observa la mayor brecha de género es el que va de los 55 a los 64 años, donde se alcanza una diferencia entre tasas de 13,6 puntos. Veo un dato bastante esperanzador en la bajada de la brecha en el tramo de 16 a 24 años, donde esta diferencia se reduce hasta los 4,2 puntos. Ojalá esto quiera decir que las nuevas generaciones van tendiendo una predisposición al empleo menos marcada por su género.





Vamos a analizar el lado contrario, el de las personas que estando en edad y disposición de trabajar, no encuentran trabajo y por tanto están paradas.

¿Lo adivináis, verdad? Si bien cuando miramos el empleo las mujeres salen perdiendo, en la comparación de personas paradas las mujeres “ganan".





De nuevo, observamos una reducción de la brecha de género en el grupo de edad entre los 16 y 24 años, si bien la menor brecha de género se observa en entre las personas mayores de 55 años, muy probablemente más relacionado con una desactivación de las mujeres a partir de los 55.

Y voy a tener que parar aquí porque tenemos limitada la dimensión del primer reto, pero faltaría tanto por analizar muchas desigualdades de género en el empleo, como por ejemplo:

-Por qué si las mujeres alcanzan mayores niveles de estudios no se refleja en el mercado laboral, ni en el nivel de ocupación ni en el salario medio.

-Por qué la mayor parte el número de mujeres que trabajan a tiempo parcial triplica al número de hombres con este tipo de contrato. Quizás este gráfico os de una pista:



-Por qué la tasa de empleo masculina permanece inalterable con independencia de si tienen hijos o no mientras que la femenina desciende según se van teniendo hijos, a más hijos menor tasa de empleo.
-Por qué casi la mitad de las mujeres inactivas lo hacen por responsabilidades familiares, cuidado de hijos o de familiares dependientes, mientras que para el caso masculino estas razones sólo alcanzan el 6,5%.
-Por qué la tasa de paro de larga duración es dos puntos superior para el caso de las mujeres.

Fuente de datos: INE
Gráficos: Elaboración propia





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